viernes, 8 de junio de 2012

Año.

No deja de doler. Nunca lo hizo. Cuando veo la estela del paso de una estrella fugaz, me acuerdo de ti. En realidad me acuerdo mucho mas de ti de lo que jamás pensaría que lo haría.
Ya han pasado todos los cumpleaños de tus hijos, de tus nietos, las navidades, el verano sin el pueblo, ese veinticinco de Diciembre en tu casa con el colacao, las tardes en el parques viendo la vida pasar.
Hace un año, volvía del norte de una isla italiana en el coche con cinco personas y me pasé casi una hora llorando a escondidas. La magia del destino. Estábamos a miles de kilómetros de distancia, y a mi, algo me dolía dentro que se manifesto en lágrimas provocadas por cualquier canción del mp3.
Al día siguiente, cuando ya estaba de regreso en España, una sola mirada de mi madre me comunicó la noticia que nunca quise oir, que no verbalizó, y que nos hizo parar el tiempo para intentar asumir un golpe tan duro en un instante. Fue en el coche cuando tuve que cambiarme el precioso vestido negro que me había puesto para ir a verte al hospital, y no fue allí dónde te visite.
De lo único que me arrepiento, después de un año de ausencia, es de no haber aprovechado el tiempo en el que estábamos bien. Pero ojalá, si existe algo tras la muerte, ojalá, que seas feliz.
Yo NUNCA deje de extrañarte en esta vida, y nunca dejarás de brillar en mi mundo.
Tu siempre serás mi Estrella.
DmN

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Acariciame el alma...