martes, 1 de enero de 2013

Y tu...

No vengas.
Cada persona que te besa, tiene la cualidad de donarte segundos de su vida. Es una donación múltiple, tu donas a la persona que te besa, y esa persona a ti. Yo, a ti, te besé muchísimo. Te besé hasta desgastarte los carrillos. Era la manera de susurrarle un "te quiero" a tu alma. Que supieras, que después de todo, te quería como el pianista quiere a la teclas de su piano, o como las flores a cada gota de la lluvia de invierno.

¿Nadie te había contado lo que es pasar el mejor día de tu vida (por excelencia) en el peor lugar del mundo? O, aún peor, ¿atada a cables que intentan que tu respiración sea tan fuerte como lo fue de niña?

Supongo que será lo habitual, supongo que tendrá razón aquel que decía que, el dolor, cuando se expresa, cuando se cuenta, duele un poco menos. Como las lágrimas que salen directas del corazón, que hacen que éste duela un poco menos.

No sabes todo lo que te echo de menos. No te haces una idea de lo mucho que me faltas.
Tu siempre serás, ya sabes, mi Estrella.




DmN.

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Acariciame el alma...